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Ventajas y desventajas del streaming, una de las opciones que más ha crecido a la hora de escuchar música sin tener que descargar discos.

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Las nuevas tecnologías traen un sinfín de oportunidades y avances. Los beneficios son miles, pero no siempre satisfacen a todos. Los cambios son rápidos e innovadores, más si se dan dentro de internet, donde lo inmediato es oro. Desde hace bastante, la música forma parte de estas nuevas tendencias: son muchas las bandas que hoy en día eligen publicar su trabajo en línea, y eso seguramente se debe a que cada vez es más masivo el uso de internet para todo: compras de todo tipo, transacciones bancarias, pago de cuentas, etc. En fin, internet arrasa con todo, y la música lo acompaña.

El streaming, esta forma de escuchar música online gratis sin tener que bajarla, está dejando un poco de lado a las descargas de discos para transformarse en la nueva forma de obtener música. ¿Más fácil? Sí. ¿Legal? También. ¿Satisfactorio? Depende… Para los que les molesta acumular archivos y llenar el disco duro de la computadora con música, ésta es una opción más que válida, ya que escuchan lo que tienen ganas desde la página que elijan y listo; pero para los que creen que un disco es algo invaluable, esto por ahí sirve para conocer nuevos artistas, pero no sacia la necesidad de poseer lo que más les gusta.

El stream, según estudios de la consultora estadounidense Strategy Analytics, creció un 40% a nivel mundial, y generó -sólo en 2012- más de mil millones de dólares. Esto puso a la delantera al streaming por sobre la descarga de música, que sólo tuvo un crecimiento del 8,5% en 2013. Pero, hasta ahora, nada ni nadie le gana al CD y al vinilo, que por más que registren descensos en sus ventas (un 12% en 2012), siguen liderando la industria musical con un 61%.

Si bien está buena esta tendencia de escuchar música en línea, también tiene sus contras. ¿Qué pasa si no contas con una conexión a internet en cada reproductor que llevas encima? Tendrías un día bastante aburrido y lleno de ruidos callejeros. Otra mala, es que te saca esa sensación que se tiene con un CD nuevo: abrirlo, ojear el librito, ponerlo y descubrir de qué se trata desde el principio hasta el final, sin pausas. Como con los vinilos, que igualmente volvieron a ser furor: esa adrenalina de salir a recorrer lugares, y ver con qué tesoro te podes encontrar, es algo inigualable.

De todas maneras, esta nueva forma de escuchar música es muy alentadora, ya que la gente puede compartir su música con otros usuarios y así sucesivamente. Esto genera que muchos grupos pocos conocidos se hagan más populares y su música llegue lejos. Sitios como Last.fm, Grooveshark, Soundcloud,Spotify, entre otros, permiten que sus miembros se metan de lleno en la música que más disfrutan, ya que pueden crear listas y compartirlas con amigos.

Además, las mismas páginas dependiendo de lo que escuches, te recomiendan artistas, o hasta usuarios que tienen un gusto similar. Claro que si bien hasta un punto son gratuitas, en su mayoría no se puede abusar de la cantidad de canciones o horas al mes; salvo que tengas una cuenta premium, por la que lógicamente hay que pagar, pero no están las publicidades que financian las páginas y se puede escuchar lo que sea cuando quieras.

Algo para destacar es que los artistas que venden su música reciben una regalía bastante baja cada vez que algún tema suyo suena en una de las páginas de streaming. Esta cifra varía según el servidor y la popularidad del artista. Por ejemplo, en Spotify cobraría aproximadamente 50 dólares con 5.171 reproducciones, mientras que en iTunes hacen falta 15.127 reproducciones para ganar esa cifra. Tal vez con esto entiendan los fans de IKV, que criticaron a los chicos por subir su nuevo tema “Ula Ula” iTunes. Emmanuel Horvilleur respondió a esto a través de su twitter diciendo: “Sin mala onda, pero a los que se indignan porque subimos el tema a iTunes les diría q vengan a trabajar gratis para mí”.

Resumiendo, lo nuevo no siempre es bueno por ser nuevo. Hay quienes incursionan en ello y se zambullen con nuevas opciones, y hay otros que no, que piensan que mientras lo viejo y querido siga funcionando, no hay necesidad de enrollarse. Cada uno tendrá su ‘por qué’, pero lo destacable de todo esto es que se siga difundiendo el escuchar música, sea de la manera que sea.

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